ja'h. había pasado un buen día, de escuela, de exámenes (¿es normal que yo disfrute haciendo exámenes?), de recordar el mal viaje del sábado, de cine y una película tan emotiva que me hizo sentir -muy a mi pesar- como un ser humano normal con sentimientos, de tarde fría en el parque y de "conocer" (o terminar de conocer) a una amiga nueva. encendí un cigarro y caminé al taxi. iba por el edificio de telvista, cerca de las vías del tren, y vi pasar a una muchacha que se me hizo muy, muy conocida. me habían dejado en la esquina, y acostumbro mirar al suelo mientras camino y fumo, pero por esta vez levanté la vista, y la vi.
la conocí en la primaria. era la abanderada de la escolta, y disfrutaba mucho platicar con ella porque me parecía una niña muy inteligente. incluso, en una quermés, nos casamos, y hasta la fecha, seguimos casados, porque no nos hemos divorciado. luego la veía en la secundaria, con menos frecuencia, cuando jugaba basquetbol contra el equipo de mi novia (y le ganaba), y más tarde, en la calle de vez en cuando. hoy la volví a ver, y por una extraña, muy extraña situación, los dos nos hemos venido a tijuana a estudiar, y a los dos nos dio mucho gusto vernos el uno al otro (o al menos, esa impresión me dio).
qué cosas tan extrañas pasan en este mundo loco. dos personas de mazatlán se alejan de todo lo que conocen y lo que les es familiar en busca de un mejor futuro que tal vez ni llegue, y esos dos, sin saberlo, se encuentran un día en la calle e intercambian números de teléfono. sé que estoy siendo demasiado obsesivo, pero la idea de conocer gente nueva así nada más, o encontrarme con personas que hacía años que no veía (y que me da gusto ver), sólo me hace pensar en que dios (¡al fin!) ha escuchado mi deseo de cumpleaños que pedí en mi pastel imaginario (papá diosito: por favor mándame una novia), y tal vez no me mande una novia como es debido, pero me está mandando mucha gente nueva que me ayuda a aminorar mi soledad y a no sentirme tan perdido en esta ciudad anónima. y para colmo de males, la conductora de la caja tv se muere de ganas por ir a mexicali, y está claro que no se irá sin mí. todavía tengo que verla a ella... después de todo, una de las razones por las que me mudé de ciudad fue por venir siguiéndola.
changos. ¿qué pasará? no sé. yo soy feliz con manu chao y con la chinita, y café tacuba y sus flores. así nada más. no pido mucho. ah... y me muero de ganas por tomarme un cafecito el jueves en la nochecita. ja'h.
la conocí en la primaria. era la abanderada de la escolta, y disfrutaba mucho platicar con ella porque me parecía una niña muy inteligente. incluso, en una quermés, nos casamos, y hasta la fecha, seguimos casados, porque no nos hemos divorciado. luego la veía en la secundaria, con menos frecuencia, cuando jugaba basquetbol contra el equipo de mi novia (y le ganaba), y más tarde, en la calle de vez en cuando. hoy la volví a ver, y por una extraña, muy extraña situación, los dos nos hemos venido a tijuana a estudiar, y a los dos nos dio mucho gusto vernos el uno al otro (o al menos, esa impresión me dio).
qué cosas tan extrañas pasan en este mundo loco. dos personas de mazatlán se alejan de todo lo que conocen y lo que les es familiar en busca de un mejor futuro que tal vez ni llegue, y esos dos, sin saberlo, se encuentran un día en la calle e intercambian números de teléfono. sé que estoy siendo demasiado obsesivo, pero la idea de conocer gente nueva así nada más, o encontrarme con personas que hacía años que no veía (y que me da gusto ver), sólo me hace pensar en que dios (¡al fin!) ha escuchado mi deseo de cumpleaños que pedí en mi pastel imaginario (papá diosito: por favor mándame una novia), y tal vez no me mande una novia como es debido, pero me está mandando mucha gente nueva que me ayuda a aminorar mi soledad y a no sentirme tan perdido en esta ciudad anónima. y para colmo de males, la conductora de la caja tv se muere de ganas por ir a mexicali, y está claro que no se irá sin mí. todavía tengo que verla a ella... después de todo, una de las razones por las que me mudé de ciudad fue por venir siguiéndola.
changos. ¿qué pasará? no sé. yo soy feliz con manu chao y con la chinita, y café tacuba y sus flores. así nada más. no pido mucho. ah... y me muero de ganas por tomarme un cafecito el jueves en la nochecita. ja'h.
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