14/10/05

las señales

"creo en las señales (...): lo que tenemos que aprender está siempre delante de nuestros ojos, basta con mirar alrededor con respeto y atención, para descubrir adónde desea llevarnos dios, y el paso más acertado que debemos dar después. también aprendí a respetar el misterio: como decía einstein, dios no juega a los dados con el universo, todo está interrelacionado y tiene un sentido. aunque este sentido permanezca oculto casi todo el tiempo, sabemos que estamos cerca de nuestra verdadera misión en la tierra cuando lo que estamos haciendo está contagiado por la energía del entusiasmo. si lo está, todo va bien. si no lo está, es mejor cambiar pronto de rumbo"
paulo coelho

por suerte, yo también he creído eso. quizá por eso me gusta coelho, y no por su estilo narrativo tan simple: por el hecho de plasmar en sus libros con palabras claras lo que en mi cabeza late con tanta confusión que no consigo entender. a medida que voy leyendo sus libros, voy descubriendo que cada concepto, cada idea, cada enigma que coelho plantea, es un concepto o una idea o un enigma mío, que hasta eso momento no tenía nombre. no, no es propaganda, para mí así es, tal vez no sea así para el resto del mundo -sé que muchos odian a coelho. yo lo odiara, si no escribiera en sus libros lo que está en mi mente.

pero basta de quemarme. encontré el entusiasmo. ahí estaba, sólo que mi actitud me impedía descubrirlo. sí, claro, el hecho de que mi papá esté en tijuana quizá me haga verlo todo con otros ojos. ya no estoy solo, ya sé que puedo llamarlo y en cuanto pueda vendrá... él siempre viene a mi ayuda. encabeza la lista de hombres que admiro. él comprende, él sabe cómo funciona el mundo... caminábamos por la calle madero, en busca de un lugar dónde comer, cuando de pronto recuerdo que traigo antojo de comida china. él no dice nada, se detiene y le pregunta a una señora, oiga, no sabe dónde hay una comida china por aquí. me fascina su espontaneidad, su arrojo... y pensar que hace apenas unos años lo detestaba. hoy puedo decir que, cuando sea grande, quiero ser como mi papá. pero sin zapatos.

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