18/1/14
Mis soledades
1. Me cuesta trabajo reconciliarme con mi soledad. Siempre la vi como una sensación intrusa, que se interponía entre las personas que me preocupaban y yo. Salir a caminar por el malecón al atardecer, todos los días, era un gran antídoto hace algunos años. Pero en esta ciudad, ni malecones, ni atardeceres. Todo es prisas, cambios, trabajo, el tiempo vuela, cuando menos te lo esperas ya son las once de la noche y ni siquiera has cenado, tenías esta idea loca de dormirte temprano que ya no será realidad, y al día siguiente igual, y el que sigue también. Y no hay tiempo, ni para disfrutar la soledad, ni para procesarla. Mucho menos para deshacerte de ella.
2. Solos llegamos al mundo, y solos habremos de irnos. No hay remedio. Es la máxima tragedia de la humanidad. A pesar de las personas que encontramos en nuestros caminos, a pesar de la gente a la que amamos y que nos ama, al final estamos solos, encerrada la conciencia en nuestros cuerpos, incapaces de entender un sentimiento ajeno o de atestiguar una reflexión que no sea nuestra. Todo lo interpretamos, lo asimilamos y lo expresamos como pensamos que son las cosas, con los recursos que tenemos disponibles. Pero en última instancia, tú eres tu única compañía. Aunque a veces es bueno tener a alguien que piense y razone de forma similar a ti, que hable un lenguaje parecido, que experimente casi las mismas emociones que tú. Entonces el único error que puedes cometer es el de pensar que hay algún tipo de exclusividad entre los dos, y que las confidencias, secretos y revelaciones sólo se darán en dos vías, cuando la otra parte puede perfectamente tener esa misma conexión que tiene contigo, con alguien más. Y no hay nada que puedas hacer al respecto.
3. Lo que realmente te molesta es que haya preferido recurrir a cientos de extraños virtuales para compartir algo que te pudo haber contado a ti sin ningún problema. Y te molesta porque tú eres perfectamente incapaz de hacer lo mismo, de abrirte así con desconocidos, de enfrentar el riesgo de acercarte a alguien nuevo, de profundizar en una relación, de llamar la atención sobre ti... Qué culpa tiene la gente de tus inseguridades. Si estás solo porque quieres, asume esa postura con seguridad y firmeza. Y si no quieres estar solo, tendrás que cambiar tu estrategia de socialización. Quién sabe si lo logres... Pero decídete ya, con un carajo.
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