
[El bloque de búsqueda del coronel Martínez celebra sobre el cuerpo de Pablo Escobar el 2 de diciembre de 1993. Fotografía del agente de la DEA Steve Murphy - Vista en el Flickr de andy z, quien la vio en Rotten.com]
Esta mañana, Barbara despertó y dijo, Basta ya de lamentarme. Se ha puesto un pantalón blanco y una blusa negra, ha tomado una ducha de agua fría y, mirándose la barriga hinchada, temiendo reventar, al sentir la patadita de la nena se le ha llenado la cara de dicha. Tuvo que sentarse en el piso del baño a llorar otra vez, pero ya no de culpa y de terror, por haber sido tan irresponsable, dejar la escuela a menos de un año de titularse, ver en la cara de sus padres la decepción y el desprecio, recordar las palabras de Fausto, No estoy listo, y nunca más saber de él. Esta mañana, Barbara se ha levantado convencida de que todo irá bien, por eso llora, por no haber disfrutado los últimos ocho meses, en vez de acudir al ginecólogo y querer preguntarle si conoce una clínica de abortos, sin atreverse nunca, pudo haber mirado los ultrasonidos y sentirse emocionada de formar en su interior una nueva vida, que es lo mismo que una nueva oportunidad, para ella y para alguien más.
Quizá es muy tarde para avisar a sus amigas que siempre sí habrá baby shower. No esperará que nadie venga, con un cambio de actitud así, cualquier se sorprendería. Ha decidido gastarse el cheque por incapacidad que le dieron en el trabajo en ropa para su hija. Toma un taxi sin mucha dificultad, es lo bueno de estar embarazada, el mundo se vuelve más amable, más cariñoso, cualquier hijo de vecino que la ve en la parada del camión le ofrece un lugar para esperar en la sombra, un trago de agua, le acaricia el vientre suspirando, le cede el taxi que viene. Lástima haber valorado todo esto hasta ahora, pero no importa, nunca es tarde para empezar, menos para ella. El taxista sólo la baja unas cuantas cuadras, con este calor está imposible caminar, y para su sorpresa, cuando le pregunta cuánto es, el conductor del vehículo le dice que Nada, así está bien, señora, y le mira, sonriente, el bulto debajo de la blusa. Barbara le agradece y sale del taxi lo más rápido que puede, entra en la tienda y se refugia del infierno del exterior en el aire acondicionado del local de ropa para bebés.
La encargada se le acerca maravillada, Ay mira que enorme pansa, felicidades, y le da un abrazo. El mundo percibe su cambio de actitud de Barbara, ya no lleva el ceño fruncido o la cara sombría, ahora irradia esperanza y calma, como toda futura madre entusiasta, y la gente no tiene miedo de acercarse y llenarla de mimos. Qué va a ser, niño o niña, le pregunta la encargada, y Barbara responde, Nena, mientras se deja dirigir a la parte rosa del local, justo frente al aparador que da a la calle. Le enseña un vestidito, dos, tres, Barbara quiere comprarlo todo, se muere por ver a su nena en cada trajecito rosa, amarillo, con osos o con conejos, con flores o con abejas. Ríe, siente ganas de llorar otra vez, lo que no daría por que su madre estuviera aquí con ella, quién necesita a Fausto, ese cabrón.
El cristal del aparador estalla en mil pedazos y lo primero que Barbara escucha son las llantas de las camionetas, enormes y negras, patinando tratando de escapar de sus atacantes, otras camionetas, blancas y rojas, que van detrás a toda velocidad, tirando balas. Muy atrás, las sirenas de la policía. Luego sintió las pequeñas heridas en la cara, de los pedazos de vidrio que habían volado por todas partes. La encarga de la tienda, horrorizada, gritaba, Auxilio, auxilio, una ambulancia, mientras salía corriendo a la calle, parecía ilesa. Por último, una fuerte punzada en el abdomen. Súbitamente baja la vista, su blusa negra está húmeda, más negra todavía, y su pantalón blanco está lleno de sangre. No, iba a empezar a lamentarse, se lleva una mano al vientre, No por favor, murmura, no siente dolor, sólo puede pensar en la nena, Mi nena, exhala por última vez, y cae para siempre, sujetándose la barriga, pensando, ingenuamente, no lastimar a la niña al caer al piso.
[FIN]
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[Inspirado por "En el paralelo 23º", de Freddy]
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Más información:
- ElPaís.com: "El presidente no tiene quien le crea", de María de las Heras.
- El Universal.com.mx: "Vargas Llosa dice que la política represiva no acabará con el narco".
- Elsemanario.com.mx: "Estrategia de Calderón contra narcotráfico ha fracasaso: WSJ"
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