
Llévate una hoja en blanco
y dibuja tu contorno en ella.
Llévate un beso, un abrazo,
llévate mi sonrisa y mi estrella.
Abre el baúl de mi pecho,
y llévate lo que haya dentro,
llévate nuestras fotografías,
llévate todos nuestros recuerdos.
Llévate una sábana vieja,
llévate mi pluma y mis libretas,
llévate una ventana sin vidrios,
llévate la puerta que rechina,
y la lámpara de mesa, y la silla,
y el plato en el que ceno cada noche,
y el colchón en el que sueño con tu rostro.
Llévatelo todo, no dejes nada,
déjame sólo una mirada,
y todo lo demás, llévatelo.
(nota aclaratoria):
Me dijo, "jamás imaginé que algún dirías eso". Pero lo dije, y lo sostengo. No creo más en el amor. Al menos, no de momento. Después de la persona a quien le dediqué este poema, y a la amargura que me provocó su desamor, mis intentos por querer y ser querido han venido fracasando uno por uno. Por distintos motivos. En ocasiones, las imágenes que me formaba de mis objetos de amor se encontraban tan alejadas de la realidad que el desencanto era trágico. Otras veces, el miedo al fracaso me envolvía en escudos tan gruesos que ni yo mismo era capaz de atravesarlos. También sucedía que confundía unos ojos bonitos con una mirada tierna, y una voz simpática resultaba ser un alma despiadada. Digo que no creo más en el amor, pero tal vez será que, después de tanto tiempo, he olvidado cómo amar. Cómo entregarme sin poner obstáculos, cómo enfrentar mis temores y mis traumas, cómo deshacerme de los fantasmas del pasado.
Pero, eso sí, he dejado atrás aquel romanticismo exagerado de la adolescencia, cuando profesaba que el amor era la fuerza que movía al mundo. Para nuestra desgracia, la fuerza que mueve al mundo no es el amor, sino el poder, como dice un amigo, y la ambición a éste. Tal vez sea muy temprano para afirmar que jamás de los jamases volveré a enamorarme. Mi naturaleza es romántica, lo acepte o no. Lo que sí sé es que, si paso así diez años más, cuando cumpla treinta, me empezará a dar miedo quedarme solo. Porque (maldita sea), nací humano, y como tal, le temo a la soledad. Más de lo que me gustaría.
Despues de mucho tropezar creo que el amor si existe, solo que no se parece al que pintan y por eso damos tumbos antes de hallarlo. A veces se pierde mucho en la búsqueda, pero si un día se halla, creeme realmente valdrá la pena. No lo busques, solo mantente alerta
ResponderBorrarno se desanime, cuando menos lo espere tendrá a alguien que lo va a querer y estimar...
ResponderBorrarSaludos y cuídese... que cambiado está este lugar, hace años que no venía.
eiqoea
La primera pregunta que habría que hacerse es a qué se le llama amor. Luego, si es un sentimiento que se pueda manetener sin mutilar gran parte de la identidad; y después, habrá que plantearse si esa idea de que la soledad es incómoda, no es una idea preconcebida sin base alguna.
ResponderBorrarRespecto al romanticismo, no he conocido a nadie que diga serlo que no se refiera a los rituales alienantes de cortejo y apareo, ligeramente cursis, perfectamente egocéntricos, que dejan a la pareja en un círculo cerrado de egotismo insano.
De todas formas, respecto a las emociones, el ser humano ha avanzado poquísimo desde la edad de piedra.
Lo que mueve al mundo es el poder; pero lo más excitante y estimulante es conocer, saber, y vivir consecuentemente con lo que se aprende.
Saludos cordiales
je'h todo me suena siempre
ResponderBorrartaaaan conocido
chido mi Dani!! como siempre usted tan único
y por si se le olvida
acé en chilangolandia
esta loka lo quiere, asi
imperfecta,inestable,vulnerable,sensible,valiente,orgullosa
te quiere, te quiero mucho...
feliz junio!! :D