21/10/12

Dos yos

1. Computadora nueva con mejor rendimiento y un software impresionante para la creación de videos, que es lo que siempre había deseado. La presentación de nuestro primer trabajo a nuestros primeros clientes de HoneycombMx siendo todo un éxito, con aplausos y toda la cosa, y sonrisas de oreja a oreja de nuestro (grandioso) equipo. Videos, videos y más videos por hacer. Trabajo que no acaba de acabarse cuando ni siquiera ha empezado. Mucha suerte, mucha capacidad, mucho gusto. Ese soy yo. O al menos, uno de los yos: el que disfruta editando videos, creando contenidos, desarrollando estrategias de mercado, iniciando proyectos. Pensando en dinero, pero no nada más en eso.

2. El seminario del PUEG con Parrini dándome su opinión personal sobre mi trabajo, y algunas recomendaciones. Revistas y textos que siguen llegando a mis manos como por arte de magia. Un hermano que inicia la misma travesía en la que me he atorado. Compañeros de generación recibiendo sus diplomas por haber concluído sus estudios, después del infierno de la tesis. Ideas, recomendaciones, lecturas que no terminan, procedentes de los lugares más insospechados. El encuentro con Pablo Castro en la micro una noche que iba a Coyoacán, preguntándome qué he pensado del posgrado y recomendándome algunos. Tesis, tesis, tesis, estúpida tesis, no puedo escapar de ti, sólo hay una forma para vencerte, y es escribiéndote. No me vas a ganar. Ese también soy yo. Otro de los yos: el que soñaba con convertirse en un buen antropólogo, hacer estudios de campo, análisis, videos etnográficos, investigación, posgrados. El que se me está perdiendo en el remolino de todo lo demás que quiero ser y que no puedo. Porque la Tierra gira y gira, y el tiempo se consume sin remedio. ¿Por qué tengo que dividirme así?

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