Primero vi todo negro. No podía moverme, no podía ver nada y me empecé a desesperar. Pensé "estúpido inconsciente". Pero después, de entre una niebla densa que salió, literalmente, de la nada, me vi, desnudo, con los ojos cerrados, sonriendo, respirando tranquilo, en un jardín de flores rojas y nubes rosas, con dos espejos que, extrañamente, mostraban mi frente estando detrás de mí.
Me sorprendió mi rostro, totalmente relajado, con la sonrisa como si hubiera estado ahí toda la vida. Me sentí... tranquilo. En paz.
Después el jardín y los espejos y yo mismo empezamos a desaparecer y me vi volando, libremente, plácidamente, (saludablemente) sobre las nubes del cielo, en dirección al sol. Era una vista de primera persona, así que no me veía a mí mismo, simplemente veía lo que estaba delante de mí, el espacio abierto, el silencio, el sonido del viento, hasta sentía la suavidad de las nubes acariciando mi cara, y mi cuerpo suelto, suelto, completamente libre. Fue maravilloso.
Cuando la voz dijo que abriera los ojos, yo no quería regresar. Quería seguir volando, libre, ligero, suelto. No volver jamás. No abrir los ojos.
Pero los abrí. Y aquí estoy.
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