
1. He disfrutado mucho estas vacaciones, de alguna manera, no han sido como las anteriores. Ahora me siento mucho más relajado y tengo seguridad, estabilidad y confianza en mi vida, que es lo que realmente necesitaba. Sé que puedo ser alguien, sólo necesito paciencia. Ver a algunos amigos me llenó de dicha, pero sobre todo, ver a mi familia. Es que cuando uno estudia antropología se da cuenta que en realidad, no son mi familia por los lazos sanguíneos, o cómo explicaría el cariño hacia mi tío D, por ejemplo, sino por las relaciones personales y sociales que he establecido con ellos. Lejos, en aquella urbe de acero, sólo tengo a F, y aquí me siento en compañía, de quienes me quieren y se preocupan por mí. Eso me llena de fuerzas para seguir.
2. Quisiera decirles, para empezar, que la vida no es sencilla. Que un día van a tener que dejar a los papás y continuar por su camino, y que el mundo no les va a poner las cosas fáciles. Es verdad que el dinero es una mierda y que el sistema es terrible y opresor, creador de masas ignorantes y consumistas, pero también es verdad que no hay de otro. Somos, sin duda, individuos libres, y por eso mismo hemos decidido continuar reproduciendo los patrones de conducto, siendo sus cómplices desde el momento en que permanecemos en la sociedad. No hay de otra. Pero no por eso hay que quedarse callados. No sirve de nada, por ejemplo, negarse a ver la tele, o no ir a mcdonalds, pero sí sirve tener una mirada crítica, dejar de creer en los medios, fomentar otros modos, otras formas, respetar, tolerar y promover las diferentes maneras de pensar. Creo firmemente que cualquier modo de pensar es válido, pero también que el fanatismo religioso hace mucho daño, y eso es lo que en verdad no tolero, porque soy enemigo de la ignorancia, porque la libertad sin conocimiento es esclavitud. Creer sólo por creer no tiene sentido.
3. El puerto que me vio nacer va en camino desenfrenado a convertirse en un producto más para las necesidades consumistas de los ricos. No se necesitan tantos hoteles en una ciudad tan pequeña. Mientras, por un lado, las calles permanecen sin pavimento, los camiones cumplen 30 ó 40 años de viejos, y la cultura del narco y el "pseudoprogreso" prolifera, del otro lado hay grandes inversionistas haciendo su minita de plata, vendiéndole a la gente ilusa la idea de que, embelleciendo las zonas turísticas Mazatlán alcanzará el nivel del primer mundo. Lo único que yo veo es una enorme tienda departamental, ofreciendo sus productos y servicios a gringos engreídos y rascistas que disfrutan dando órdenes a gente con un color de piel distinto. Pobres mazatlecos, creyendo que su ciudad progresa cuando en realidad, la están vendiendo.
4. Me harté de pararme y sentarme como idiota. Al principio me parecía interesante mirar con otros ojos la liturgia católica, y pensé, Será divertido escuchar el sermón del padre. Fue divertido, sí, ver cómo todos sabían los cantos y las alabanzas, fue fascinante y muy interesante ver cómo creen que así rinden culto a un ser que no conocen y que nunca conocerán, y después de estallar, fue asombroso ver cómo la gente paga 10mil pesos por un lugar diminuto dentro de la iglesia donde las cenizas de sus cuerpos reposen. Simplemente increíble. Pero no pude soportar al padre diciendo una sarta de pendejadas sobre el derecho a la vida y aconsejando a los padres para que no dejaran abortar a sus hijas. Dijo, "Ahora, con toda esa mugre de la liberación, nuestras hijas corren peligro", ni más ni menos. Me dieron ganas de apedrearlo. Por hacer que la gente lo escuche. Por hacerles pensar que tiene la razón. ¿Qué clase de personas lavan el cerebro de la gente de esa manera? ¿Con qué clase de ideas basura llenan las cabezas de gente que necesita que le digan lo que tienen que hacer, porque viven sumidos en la ignorancia? Y lo decidí: continuaré (o iniciaré) alguna clase de campaña contra las creencias religiosas. La superstición, como siempre he dicho, nubla la razón.
5. Por increíble que parezca... Extraño el df. Pero también, a unas horas de partir, ya estoy extrañando Mazatlán.
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"Porque allá donde voy me llaman el extranjero"
tienes razón, no llevaba acento.
ResponderBorrartendré que poner más atención en lo que escribo.