
Creo que ya he tenido un poco de tiempo para analizar lo que está pasando con nosotros. Y entre más lo pienso, menos lo entiendo.
No me explico cómo pude comportarme así. Como pude llegar a hacer tales disparates, semejantes tonterías, sin pensar, sin prever, cuando lo hice, me pareció... qué sé yo, emocionante, excitante, y deseaba en el alma que no tuviera mayores consecuencias. Pero no lo razoné, no me dije Daniel, ¿acaso no ves lo que estás haciendo? ¿Quién era ese Daniel que estaba haciendo tantas tonterías, sin detenerse a pensar? La verdad es que no lo entiendo. Y entre más pienso en ello, entre más busco una razón, una explicación para dársela a F, más me confundo.
Pudo ser curiosidad. Pero la curiosidad deja de serlo cuando llega al extremo al que llegué. Pudo ser hastío, frustración por la rutina, cansancio. Y de la misma manera, nada de eso lo justifica. ¿Entonces? Entonces sólo me queda decir que soy un total pendejo. No hay otra razón. Soy un idiota, un imbécil, y no merezco su perdón. No sé con qué cara se lo he pedido, tal vez porque es lo único que me queda, el único remedio, para que no se vaya, para que cumpla lo que me dijo... Para que estemos juntos, hasta ver las arrugas y las canas, y los años y todo... La verdad es que no deseo otra cosa de la vida. Que pena que tenga que hacer tantas pendejadas para darme cuenta de eso. ¿Qué clase de persona soy? No lo merezco... Nunca lo he merecido, y nada de lo que haga me hará merecerlo.
Pero si decide quedarse... Será otra historia. Será otro día. Ya no será fe, en el sentido de que lo daré por hecho. Ya no daré por hecho que cuando yo llegue, él va a estar. Que cuando lo necesite, estará. Porque eso me hizo cometer estos errores fatales. Ahora seré coherente con lo que digo y lo que hago, y haré un esfuerzo, todos los días, día tras día, para mantenerlo junto a mí sin tener que atarlo a mí...
No quiero llorar, porque puede penar que lo voy a chantajear. Pero ante una situación como esta... es difícil no llorar. Más después de haberme vuelto tan llorón.
Él tomará la decisión. Yo, hasta ahora, no me he ganado el derecho ni de voz, ni de voto, ni de nada. Puedo tenerlo todo, y ofrecerlo todo, y decirle que me pida lo que quiera... Pero al final, él será quien decida. Y a mí no me quedará más que aceptarlo. Así que voy a esperar, el tiempo que sea, y a soportar, el dolor que aguante. No hay otro camino. Yo mismo los eliminé todos...
La culpa fue mía.
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["So just say how to make it right
And i swear I'll do my best to comply"]
Qué rara cosa eso de la culpa
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