
Vivimos aquí hace un mes y, creo, ya me he acostumbrado. A las llaves largas y floreadas que T. nos regaló cuando llegamos, a la puerta que se atora, al espejo de cuerpo entero. Al timbre del teléfono que conseguimos en la glorieta de Insurgentes, a la mesita con mantel blanco robada del restaurante de arriba, a los tres platos, tres vasos y tres juegos de cubiertos que no hemos tenido oportunidad de estrenar, al tic tac incansable del reloj despertador verde que se trajo, a dormir envolviendo su frágil cuerpo en un colchón inflable, a bañarme con agua calentada con una especie de bobina en un balde, al pañuelo del Che pegado a la cortina de nuestra única ventana, a la ropa doblada con riguroso cuidado en las repisas que hay a manera de clóset, al par de luces blancas que encendemos casi todo el día debido a la oscuridad de la esquina donde está nuestro cuarto...
Vamos viviendo cada día, sin planes, sin expectativas, tratando de no encerrarnos en una rutina cíclica que terminará por enfadarnos a ambos... Procuramos sorprendernos, regalarnos detalles, decirnos las cosas que ya sabemos, sólo para estar seguros. Dice que va a ser difícil irnos a Francia, que estudiar el idioma es carísimo, que ya no ofrecen becas como antes, que jamás va a poder pagar un curso de francés... Pero yo le digo que hay que tener prisa. Tenemos toda una vida por delante, tal vez el año que entra yo soy locutor de algún programa de radio, o editor de alguno de TV, y puedo pagarle eso y más... No sé. Todo lo que tuve, jamás esperé tenerlo, todo fue dándose, solito, bastaba que yo confiara, que me entregara al tiempo, que dejara que los acontecimientos siguieran su curso natural.
Quizá de haber entrado al canal 7 allá en Mazatlán, no habría tenido tiempo para hacer todo lo que pude hacer con mi trabajo de editor. Otra vez creo en el destino, y si éste me ha traído hasta aquí, con la persona con quien estoy, es por algo, lo sé, estoy seguro. Sólo hay que tener paciencia y confianza, y todo se irá dando. Conseguiremos mejores trabajos, entraremos a la escuela, conoceremos gente, compraremos cosas, tendremos dinero...
No es que yo sea un avaro ni nada por el estilo, pero en una sociedad como la nuestra, el dinero se vuelve vital. Todos vivimos en función de él, por más que lo detestemos: sin dinero no se puede comprar comida, ni boletos del metro, ni suéteres para el invierno, ni la parrilla eléctrica que nos hace falta, ni sacar del montepío la guitarra eléctrica. Tampoco se pueden pagar los exámenes de admisión a las universidades. Por eso, odio el dinero, pero sé que lo necesito, sé que debo ir a trabajar, todos los días, a una sucursal de una trasnacional de comida rápida que no hace más que golpear la economía y la salud de los mexicanos, donde me pagan una miseria, pero que necesito para sobrevivir.
No me hace feliz tener la cartera llena de billetes, nunca lo he visto así. Pero me siento más tranquilo si me voy a dormir pensando en que, si mañana tengo hambre, puedo comprarme un pan o una quesadilla. Pero nuestra economía sigue tambaléandose. Aún no hemos pagado nuestras deudas, pero eso se debe a la irregularidad de nuestros salarios, y a nuestra falta de capacidad administrativa. Con el tiempo podremos controlar mejor nuestros egresos, porque el dinero que ganamos es suficiente para vivir sin dificultades, y sin lujos. La semana pasado hasta fuimos al cine, esta semana, tal vez no nos alcance para comer todos los días... Pero no importa. Yo confío en mi buena suerte. Y ahora ya no soy nada más yo... Somos dos. Y ambos confíamos...
[Que en el centro de mi ser había un lugar... para ti]
Hola Dude!
ResponderBorrarConsidero que cuando ves salir adelante a una pareja pese a sus diferenias(las cuales, vienen siendo las culpables de su unión)y sus necesidades(en este caso, económicas, emocionales y demás) sirve de ejemplo para aquellos que nunca hemos aprendido a apreciar el amor de pareja.
Para mí no hay nada más bonito que ver a mis Papás recostados en su recamara viendo ¨Primer Plano¨ o comentando de su trabajo o sobre algún artículo del Proceso o regando sus plantas cada sábado por la mañana a pesar de lo que han sufrido, de lo que han visto y saben uno del otro, de la probreza, de la ¨riqueza¨, la unión, su unión, ha atravesado tanto y se han conocido tan bien, que se respetan, se quieren, se aman a pesar de todo.
Es cuestión de conocerse, de hablar, de salir adelante siempre juntos, no importa el pasado, mucho menos el futuro, ese se va formando día con día.
Cuando las cosas se quieren para bien, siempre salen bien, ya verás.
Suerte en esta decisión, mucha suerte, de verdad, que te vaya bien.
Años que no paso por aqui. Te mando un saludo. Cuidate y prometo estar más al contacto con tu espacio.
ResponderBorrarqnvngn