29/7/12

Días de lluvia



Nubes de lluvia
1. El otro día estábamos en la fonda donde siempre comemos. No pica, nos dicen, pero esa es una mentira recurrente con la que hemos aprendido a vivir aquí en el DF: si tiene chile, pica, aunque te digan lo contrario. Cuando terminamos y salimos a la calle, comenzó a llover. Lo primero que pensamos fue "¡los periquitos!". Los habíamos dejado afuera. No a la intemperie, sino en el techo que cubre los lavaderos, pero aún así, no les gusta la lluvia, y siempre los estamos cuidando del viento. Tuve que correr mientras veía que cada vez caían gotas más y más gruesas. Subí las escaleras como un rayo hasta que llegué a la azotea, dos pisos arriba. Se me acababa el aire. Ni siquiera alcanzamos a meter la jaula a la casa: la tuvimos que resguardar en el cubo de las escaleras. Estuvimos atrapados como 30 minutos mientras el granizo caía sin piedad, destrozando las pobres plantas del balcón. Los periquitos estaban asustados, pero al menos no se mojaban ni tenían frío. Yo sólo pensaba en todos los miles, quizá millones de otras aves que viven en los árboles, que se alimentan de basura. En todos los nidos que tumbó el granizo. Estúpida lluvia.

2. Después de la cirugía no he sentido que haya retomado mi vida en el punto donde la dejé. Aún me siento raro saliendo a la calle, hablando con la gente... He tratado de llenar estos huecos enfrascándome en proyectos nuevos, pero como siempre, acepto más de lo que puedo mantener. Debo quedarme sólo con lo que puedo manejar. No está bien esto de siempre estar ocupado. Ni siquiera gano tanto dinero como para eso.

3. Nunca imaginé que tener periquitos pudiera implicar tanto trabajo. Levantarnos temprano para destaparlos, lavarles con agua y jabón las bases de la jaula y los trastes de agua y comida, las perchas donde pasan la mayor parte del día, ponerle su pomada y sus gotas a Rómulo sin que haya una mejora aparente (aún no le salen las plumas de la cola), servirles sus semillas de desayuno, alpiste, mijo o avena, y agua fresca y limpia por si se quieren bañar. Una hora después hay que volver a limpiarlos, volver a llenar los trastes, esta vez con croquetas (sí, hay croquetas para aves, ¿qué pensaban?), alguna verdura o fruta, les encanta la espinaca y ahora hemos descubierto que también la acelga, zanahoria, manzana, papaya ni siquiera hicieron el esfuerzo por picarla, pero ya le hallarán el gusto. Y así todo el día, estar al pendiente de que no peleen, de que tengan siempre comida limpia, taparlos antes de que se meta el sol para que descansen tranquilos... Pero con todo este trabajo, no los cambiaría por nada del mundo. Me encantan.

PD: Después les subo más fotos de ellos.

22/7/12

I'm back



1. La creatividad se ha vuelto una parte fundamental en mi vida laboral y cotidiana. Ser creativo, imaginar nuevas maneras, de sobrevivir y de hacer bien las cosas, de relacionarme con las personas, de maximizar mi tiempo, de aprovechar las oportunidades... Nuevas maneras de decir no, y de decir sí (por ejemplo, hoy leí que sólo hay que decir sí cuando pensemos "hell yes!") para ser más felices y hacer sólo lo que queremos hacer, decir sólo lo que queremos decir y que la frustración no sea una constante de nuestro día a día. Y como este blog, desde hace muchos años, me ha servido como refugio personal para escribir por escribir y desahogarme y tener más claridad en mis ideas, creo que es justo y necesario retomarlo. Por si queda todavía alguien en este mundo que se interese por una ventana vouyerista a la cabeza de alguien más, que es donde encontramos las cosas más útiles y más fascinantes.