Nubes de lluvia |
2. Después de la cirugía no he sentido que haya retomado mi vida en el punto donde la dejé. Aún me siento raro saliendo a la calle, hablando con la gente... He tratado de llenar estos huecos enfrascándome en proyectos nuevos, pero como siempre, acepto más de lo que puedo mantener. Debo quedarme sólo con lo que puedo manejar. No está bien esto de siempre estar ocupado. Ni siquiera gano tanto dinero como para eso.
3. Nunca imaginé que tener periquitos pudiera implicar tanto trabajo. Levantarnos temprano para destaparlos, lavarles con agua y jabón las bases de la jaula y los trastes de agua y comida, las perchas donde pasan la mayor parte del día, ponerle su pomada y sus gotas a Rómulo sin que haya una mejora aparente (aún no le salen las plumas de la cola), servirles sus semillas de desayuno, alpiste, mijo o avena, y agua fresca y limpia por si se quieren bañar. Una hora después hay que volver a limpiarlos, volver a llenar los trastes, esta vez con croquetas (sí, hay croquetas para aves, ¿qué pensaban?), alguna verdura o fruta, les encanta la espinaca y ahora hemos descubierto que también la acelga, zanahoria, manzana, papaya ni siquiera hicieron el esfuerzo por picarla, pero ya le hallarán el gusto. Y así todo el día, estar al pendiente de que no peleen, de que tengan siempre comida limpia, taparlos antes de que se meta el sol para que descansen tranquilos... Pero con todo este trabajo, no los cambiaría por nada del mundo. Me encantan.
PD: Después les subo más fotos de ellos.