1. Entramos otra vez a la UAM, por los torniquetes, y caminamos hasta nuestros respectivos lugares, T y yo a la cafetería, M a su clase de italiano y L a la suya de teatro medieval, cuando vimos en los cristales del edificio B los resultados del sorteo de reincripción al trimestre siguiente. Y eso sólo puede significar una cosa: que este trimestre está a punto de acabar, y nadie puede hacer nada para evitarlo. En menos de un mes hay que hacer tres exámenes, uno final y dos parciales, un trabajo parcial y uno final. Este es el comienzo del año filtro, según todas nuestras teorías conspiratorias, y según mi pesimismo, este será el trimestre más fácil. De aquí en adelante todo será más difícil y me tendré que olvidar de mis boletas llenas de MBs... Pero no se las voy a poner fácil. Pelearé hasta el último segundo.
2. La primera parte de la exposición fue aburrida. Al final el único que hizo un comentario espontáneo fue E, pero era de esperarse: él siempre tiene algo qué decir. Entonces presentamos el video, repartimos los volantes, hablamos de nuestra experiencia y muchos se entusiasmaron. El profesor incluido. No, no lo hice con la intención de ganarme al profesor. Fue iniciativa propia ir más allá, nadie me lo pidió, pero tuvo resultados positivos, al menos inmediatos, no puedo garantizar que lo sean a largo plazo pero eso habrá que ver. Tal vez me convierta en el editor principal de su equipo de trabajo. Tal vez esto me abra paso hacia la coordinación del departamento de antropología visual... Sería una buena meta en la UAM. Ya de ahí podría dar clases, empezar proyectos y ganar un salario estratosférico. Diría que el salario es lo de menos, que lo que realmente importa es el conocimiento, el desarrollo científico y/o académico... Pero para qué me hago. El salario de la UAM es jugoso, y la verdad llevo dos años de mi vida esperando una oportunidad para vivir tranquilo, bien, cómodo, sin tener que hacer cuentas apretadas cada mes para que el dinero alcance, me gustaría que sobrase, que le pudiera abrir una cuenta a mi mamá, a mi hermana, y mandarles para una o dos cosas, llevarles regalos buenos en navidad, mandarles algo en sus cumpleaños, salir de vacaciones, conocer otros lugares, y eso no se logra por gracia divina, sino con un jugoso salario. Tampoco es que el desarrollo científico y/o académico no me importe. Claro que me importa, pero si eso va acompañado del susodicho jugoso salario... Qué mejor. No se me quita mi lado materialista.
3. Ya estoy esperando con ansias el momento de partir. Necesito, merezco, unas buenas vacaciones. Una semana bastará, no importa. Los aviones me ponen nervioso. Mi aguinaldo, ¿qué les llevaré de regalo? Hay que dejar pagada la renta de enero, tantas cosas, pero primero lo primero: dormir...
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"Sol redondo y colorado, como una rueda de cobre..."
O sea! No me importa si no te gusta mi blog, es mío y te callas. :)
ResponderBorrar¡Jajaja! No es cierto, pues, pues...tienes tanto que no hablas conmigo que ya no sabes lo que me gusta.
Ash, i miss you, snif.
Saludos a ti y a F.
¿y, ya está de vacaciones?
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